Imagina un mundo microscópico dentro de tu cuerpo, donde billones de bacterias coexisten. Algunas te benefician, otras no tanto. Este equilibrio delicado de microorganismos es crucial para tu salud y es aquí donde entran en juego los probióticos.
¿Qué son?
Los probióticos, también conocidos como "bacterias amigas", son estas bacterias beneficiosas que viven en tu cuerpo. Los probióticos son microorganismos vivos (como bacterias y levaduras) que al consumirlos proporcionan beneficios para la salud. Se encuentran naturalmente presentes en algunos alimentos fermentados, agregados a algunos productos alimenticios y disponibles como suplementos dietéticos. Sin embargo, no todos los alimentos y suplementos dietéticos etiquetados como “probióticos” han demostrado ser beneficiosos para la salud.
Los probióticos actúan principalmente en el aparato digestivo, donde pueden afectar el microbioma intestinal. Este microbioma está formado por muchos microorganismos (en su mayor parte bacterias) que viven principalmente en el intestino grueso. Cuando una persona come o bebe suficientes probióticos, estos le ayudan a proteger el aparato digestivo de microorganismos nocivos, a mejorar la digestión y la función intestinal, y además podrían proporcionar otros beneficios para la salud.
Se estima que en el colon residen alrededor de 3 a 5 libras de estas bacterias. ¡Eso es más peso que un cerebro humano promedio! Entre 300 y 1000 especies diferentes cohabitan en tu colon, y estas bacterias pueden variar según tu dieta y genética. La relación con estos microorganismos es simbiótica, lo que significa que les proporcionas un hogar y comida, y a cambio, hacen todo lo posible para mantenerte sano.
Se estima que aproximadamente el 60% de tus evacuaciones son bacterias muertas. Esto subraya la importancia de mantener una colonia saludable de probióticos que se renueve constantemente.
¿Cómo te benefician?
Los probióticos son como un ejército de salud dentro de ti. Ayudan en la descomposición y absorción de nutrientes esenciales y producen vitaminas cruciales. Dado que la mayor parte de tu sistema inmunológico se encuentra en el intestino, una colonia sana de probióticos también contribuye a tu sistema inmunológico. Estudios demuestran que pueden reducir los efectos de la diarrea y ser un alivio para quienes padecen úlceras y enfermedades intestinales.
Pero eso no es todo, estos guerreros microscópicos también son útiles en la lucha contra infecciones del tracto urinario, vaginitis, inflamación y otras infecciones. Además, son productores de vitaminas como la K2, ácido fólico, biotina y B12.
Fuentes de probióticos
Los probióticos no son solo un concepto moderno, han estado presentes durante miles de años. Los productos lácteos fermentados, como el yogur, han sido una fuente clave de probióticos desde hace más de 4,000 años. Los yogures se cree que se originaron en Turquía, Irán e India a partir de leche de cabra y oveja. Hoy en día, el yogur sigue siendo una de las fuentes más comunes de probióticos.
Los alimentos fermentados tienen cultivos microbianos agregados. Por ejemplo, los fabricantes hacen yogur agregando microorganismos vivos (como lactobacilos o estreptococos) a la leche. Sin embargo, si los microorganismos proporcionan beneficios probióticos depende de los tipos y cantidades agregados.
Algunos alimentos fermentados (como el pan de masa fermentada y la mayoría de los encurtidos) se procesan después de la fermentación, lo que mata los microorganismos. Los microorganismos que no están vivos no proporcionan los mismos beneficios que los microorganismos vivos y no se consideran probióticos. Otros alimentos fermentados contienen microorganismos que no han sido estudiados, por lo que se desconoce si tienen algún beneficio probiótico. Ejemplos de estos incluyen vinagre de manzana, queso, kimchi, kombucha, miso y chucrut (col fermentada).
Comentarios (0)
No hay comentarios todavía. Sé el primero en comentar.