Desde 2020, después de que la pandemia obligara al mundo a permanecer en casa sin acceso a la naturaleza, las búsquedas en Google de “nadar salvajemente” han aumentado un 70%. Las búsquedas en Pinterest de “resorts en lagos” se multiplicaron por dos. Las búsquedas de propiedades para “viviendas en la costa” se duplicaron. Hay una razón para eso. Eres 70% agua al igual que el planeta. Cada persona en la Tierra tiene una profunda conexión biológica con el agua.
El creciente interés en actividades acuáticas y la búsqueda de conexiones con el entorno acuático se ha vuelto evidente en diversas áreas de la vida cotidiana. Por ejemplo, en el ámbito del turismo, destinos que ofrecen experiencias junto al agua están ganando popularidad entre los viajeros conscientes de los beneficios para la salud. Desde retiros de yoga en la playa hasta cruceros fluviales, la demanda de experiencias que involucran el elemento acuático está en aumento, lo que refleja una comprensión más profunda de los efectos positivos que el agua puede tener en nuestro bienestar físico y mental.
Los estudios demuestran que el simple hecho de estar cerca de ambientes marinos tiene un efecto positivo en nuestra salud, desde producir neuroquímicos que mejoran el estado de ánimo hasta mejorar la función inmune. ¿Pero cómo? La “medicina azul” es un concepto defendido por el Dr. Wallace J. Nichols, autor de Blue Mind. Es la creencia de que el agua tiene un impacto positivo en nuestra salud física y mental, con resultados científicos que demuestran sus múltiples beneficios. Al igual que el océano, tu cerebro está impulsado por ondas (¿coincidencia?) y estas ondas son la comunicación entre las neuronas del cerebro. Son el centro del cuerpo; todos los pensamientos, emociones y comportamientos. Tiene sentido entonces que simplemente mirar el agua tenga el poder de cambiar la frecuencia de nuestras ondas cerebrales a alfa. Estas son las ondas cerebrales que sentimos cuando estamos en un estado meditativo y relajado.
Estudios recientes muestran que no es sólo el sentido en el que tiene efecto el agua. El sonido del agua puede reducir los niveles de cortisol en el cuerpo, reduciendo la sensación de estrés. La sensación sensorial de estar en el agua estimula el sistema nervioso parasimpático, nuestro modo de “descansar y digerir”. Pasar tiempo cerca del agua puede incluso mejorar nuestra inmunidad natural. Cuando respiramos el aire en ambientes acuáticos, como a lo largo de la costa o junto a un lago, está científicamente demostrado que tiene un efecto relajante en nuestro cuerpo. Esto se debe a que el aire cerca del agua está cargado de iones negativos: átomos de oxígeno con un electrón extra. Cuando se inhalan estos iones, tienen un efecto limpiador en el cuerpo y pueden neutralizar los radicales libres, mejorar la función inmune y equilibrar el sistema nervioso autónomo. Por eso el aire fresco del mar nos hace sentir tan bien.
"Estamos empezando a aprender que nuestros cerebros están programados para reaccionar positivamente al agua y que estar cerca de ella puede calmarnos y conectarnos, aumentar la innovación y el conocimiento, e incluso curar lo que está roto". - Wallace J. Nichols
¿Listo para dar el paso?
Si has abierto TikTok recientemente, probablemente hayas visto vídeos de personas sumergiéndose en baños helados. El #wimhofmethod tiene más de 246,6 millones de visitas en TikTok. Se hizo famoso gracias al atleta extremo holandés Wim Hof, también conocido como El Hombre de Hielo, cuya estrategia combina la exposición al frío y técnicas de respiración para mejorar el bienestar. Más que una tendencia de contenido viral, en los países escandinavos la inmersión en agua fría se utiliza desde hace mucho tiempo como método post-sauna para limpiar toxinas, aumentar el flujo sanguíneo y liberar endorfinas. Estudios recientes sugieren que este ritual diario estimula los leucocitos, los glóbulos blancos que combaten las enfermedades, para fortalecer el sistema inmunológico. También inicia el drenaje linfático para estimular la desintoxicación del cuerpo y reduce la inflamación. Además, se dice que el aumento de las endorfinas y la dopamina que nos hacen sentir bien reduce la depresión y la ansiedad, mejorando el estado de ánimo general. En resumen: hay algo en el agua y es bueno para la salud.
Pero eso no es todo, el agua no solo tiene efectos beneficiosos cuando estamos en contacto directo con ella, sino que también puede influir en nuestra salud a través de la hidratación adecuada. Mantenerse bien hidratado es fundamental para el funcionamiento óptimo de nuestro cuerpo, ya que el agua desempeña un papel crucial en procesos fisiológicos como la digestión, la regulación de la temperatura corporal y la eliminación de toxinas. La falta de hidratación adecuada puede provocar una serie de problemas de salud, que van desde la fatiga hasta la deshidratación severa, subrayando aún más la importancia de consumir suficiente agua en nuestra vida diaria.
También ha sido reconocida por su capacidad para promover la relajación y la creatividad. Muchas personas encuentran inspiración y tranquilidad al estar cerca de cuerpos de agua, ya sea contemplando un río serpenteante o escuchando las olas romper en la costa. Este ambiente sereno puede estimular la creatividad y el pensamiento innovador, lo que lleva a una mayor claridad mental y una sensación de bienestar general.
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