El vínculo entre tus emociones y tu digestión

Las antiguas enseñanzas del Ayurveda nos dicen que nuestro estado emocional tiene un impacto dramático en nuestra salud física; reflejan una comprensión de que los seres humanos somos criaturas emocionales y que existe una conexión intrincada entre nuestras emociones y lo que sucede en nuestro cuerpo físico. Existe una relación particularmente profunda entre nuestras emociones, pensamientos (tanto conscientes como inconscientes) y nuestra digestión.

El Dr. Vasant Lad ha observado que: “Las emociones son como los mangos. Tenemos que aprender a madurarlos y luego exprimirlos. Cuando las emociones se estimulan, son profundamente nutritivas. Incluso dulce”.

En ayurveda existe un tipo particular de energía llamada Samana Vayu, que es la capacidad integradora/digestiva del sistema mente-cuerpo humano y es lo que nos permite digerir y absorber los nutrientes de los alimentos que comemos. También es la fuerza responsable de digerir nuestras experiencias de vida. En otras palabras, la misma fuerza que te permite extraer alimento de los alimentos, te permite extraer sustento de la vida. Cuando esta fuerza se ve atenuada debido a un trastorno emocional o simplemente a los factores estresantes modernos de la vida diaria, puede tener un efecto directo en nuestra capacidad para digerir los alimentos, así como en nuestros sentimientos.

La investigación científica respalda la comprensión ayurvédica de la conexión emocional vientre-cerebro, así como otros científicos en el campo de la relación entre la comida y el estado de ánimo, han realizado estudios que apoyan la conexión entre la fisiología y las emociones, como la ansiedad y la depresión.

Las investigaciones muestran que la inflamación puede ser la precursora de trastornos del estado de ánimo como la depresión. Cuando las personas limpian su dieta, se reduce la inflamación y mejoran los estados de ánimo. También hay evidencia que muestra que los pilares antiinflamatorios de la farmacopea y la cocina ayurvédica, como la cúrcuma (curcumina) y los aceites ricos en omega-3, pueden ayudar a tratar problemas emocionales, como la depresión, el síndrome premenstrual y la ansiedad.

La buena noticia es que podemos tratar los desequilibrios del cuerpo emocional con dieta y estilo de vida. También podemos tratar problemas digestivos con técnicas de procesamiento emocional. Ambos tendrán el efecto de potenciar nuestra capacidad de metabolizar los alimentos y nuestras experiencias de vida.

La palabra emoción en sí misma proviene de la palabra latina emovere (estar conmovido). Las emociones nos mueven, son un llamado a la acción y a la atención. Las emociones son energía en movimiento y nuestros sentimientos sólo se convierten en un problema cuando cortocircuitamos su tendencia natural a moverse al “no sentir” o al reaccionar de forma exagerada.

Según Ayurveda, nuestras emociones pueden ser puertas poderosas hacia la gracia, la revelación e incluso la tranquilidad. Cuando las emociones se reprimen o se abusan de ellas, provocan más dolor y sufrimiento. Cuando se canalizan sistemáticamente, son portales hacia la autocomprensión. Una emoción profundamente experimentada puede ayudarnos a disolver bloqueos en nuestra energía, así como patrones psicológicos arraigados en el pasado. Cuando estamos amorosamente presentes en los sentimientos, esto puede ayudarnos a disolver patrones o creencias no deseadas que, de otro modo, habrían sido difíciles de superar.

Según ayurveda, el cuerpo emocional se puede limpiar de la misma manera que purificamos el cuerpo físico. Este proceso, Strotomukha vishodhanam, es el acto de permitir que los pasajes por los que fluyen nuestras emociones se purifiquen entregándose a ellos y permitiéndoles circular.

Muchos de nosotros tenemos miedo de sentir nuestras emociones. Si con amor mantenemos espacio y presencia para que nuestras emociones fluyan a través de nosotros, pueden encontrar un proceso digestivo natural y un punto final. Si simplemente observamos y sentimos la emoción, ésta aumentará, disminuirá y llegará a un estado natural de finalización. Podemos dejar de lado lo que no es necesario (eliminación) y conservar lo que es útil (sabiduría nutricional). Ayurveda dice que si "expresamos" nuestras emociones en el momento, cuando están maduras, nos volvemos personas más tranquilas y estables. Irónicamente, parecemos menos emocionales.

El proceso digestivo de los alimentos es similar. Si el fuego de la digestión se detiene debido a una dieta o un estilo de vida poco saludable, provocamos un cortocircuito en el proceso natural del metabolismo. Lo que nos queda es un fuego apagado que provoca problemas como estreñimiento, heces blandas, síndrome del intestino irritable u otros problemas digestivos. Cuando trabajamos para restaurar el flujo digestivo natural, tal como lo hacemos con las emociones, el fuego de la transformación puede hacer su trabajo.

A veces es necesario provocar las emociones antes de poder renunciar a ellas. Ver una película triste, trabajar con un terapeuta capacitado o dejar fluir las lágrimas mientras se cuenta un acontecimiento de la vida son buenos métodos para hacer que las emociones se muevan. Aquí hay otros tres métodos para probar:

• Masaje ayurvédico para ayudar a mover las emociones que pueden quedarse atrapadas en los tejidos.
• Clase de yoga en la que las posturas se mantengan durante períodos de tiempo más prolongados. Esto nos permite explorar las emociones, permitiéndoles llegar a una culminación natural.
• Meditar, llevar tu conciencia hacia adentro te permite sentir cualquier sentimiento no procesado almacenado en el cuerpo. Permanecer con tus sentimientos con total conciencia amorosa permite que las emociones surjan, se digieran y desaparezcan.