¿Te encuentras desabotonándote tus jeans en secreto debajo de la mesa después de una comida, rezando para que nadie se dé cuenta? No estás solo. La inflamación es el invitado no invitado que arruina nuestra fiesta digestiva, dejándonos incómodos, lentos y francamente frustrados.
La inflamación puede parecer una molestia trivial; sin embargo, cuando no se controla, no sólo puede causar malestar físico sino también afectar nuestra salud mental y emocional, provocando sentimientos de timidez e irritabilidad.
Nos sumergiremos en el tema de la inflamación, exploraremos sus causas y lo más importante, cómo deshacernos de ella.
La importancia de tu salud digestiva
Tu sistema digestivo es la piedra angular de tu salud general. Te permite descomponer y absorber nutrientes cruciales que son esenciales para el correcto funcionamiento de cada parte de tu cuerpo. Sin estos nutrientes, no puedes producir los neurotransmisores, hormonas y células que tu cuerpo necesita para funcionar de manera óptima.
Tu dieta le proporciona las vitaminas B cruciales que son esenciales para el buen humor y el equilibrio hormonal. Además, la función tiroidea y el metabolismo dependen de minerales específicos que debes obtener de los alimentos.
Desafortunadamente, puedes ser una de las muchas personas que experimentan problemas digestivos que dificultan la capacidad de su cuerpo para extraer los nutrientes necesarios de los alimentos. Ya sea debido a una enfermedad o una indigestión, incluso las dietas más saludables pueden no proporcionar una nutrición óptima si el sistema digestivo está comprometido.
¿Qué es la inflamación?
Es uno de los síntomas comunes que puedes experimentar y que te indica que tu sistema digestivo está fuera de control.
Imagina esto: tu sistema digestivo es como una máquina bulliciosa y bien engrasada, que descompone los alimentos que consumes en nutrientes y energía esenciales. Sin embargo, a veces esta máquina tiene hipo, lo que provoca que se acumules gas en el estómago y los intestinos. Esta acumulación de gas es la culpable de esa sensación de inflado y opresión
¿Qué causa la inflamación?
La mayoría de nosotros podemos identificarnos con este síntoma, pero es importante reconocer que la inflamación es sólo eso... un síntoma. Un poco de gas es un subproducto normal de la digestión. Sin embargo, la producción excesiva de gas puede deberse a varios factores.
Entonces, el primer paso es llegar al fondo de tu inflamación para comprender las causas subyacentes que te permite desinflar tu intestino de manera eficiente y restablecer el equilibrio dentro del funcionamiento interno de tu cuerpo.
La inflamación se atribuye comúnmente a tres preocupaciones principales: disfunción digestiva, desregulación hormonal y estrés psicológico.
1. Disfunción digestiva
Si tu inflamación ocurre después de las comidas o si te despiertas con el estómago plano por la mañana pero te sientes mal antes de dormir, podría estar relacionado con tu digestión.
- Nivel bajo de ácido estomacal o enzimas digestivas: para digerir y absorber eficazmente los micronutrientes de los alimentos, el estómago debe estar ácido. Cuando no es así, la comida fermenta en el intestino, creando algunos síntomas no tan agradables como gases, inflamación e incluso cambios en las heces. También necesitas una producción saludable de enzimas digestivas para poder descomponer los alimentos adecuadamente.
- Intolerancias alimentarias: al igual que cualquier otra reacción inflamatoria, las intolerancias alimentarias desencadenan inflamación en el intestino, provocando retención de líquidos y en última instancia, inflamación. Por ejemplo, las personas que son intolerantes a la lactosa pueden resultar particularmente propensas a este tipo de problemas debido a su incapacidad para digerir los productos lácteos comunes, que contienen altos niveles de carbohidrato lactosa; mientras que también se sabe que los frijoles (específicamente la rafinosa) desencadenan estos síntomas gastrointestinales no deseados. Otros desencadenantes alimentarios importantes incluyen alimentos fritos, grasosos o picantes, brócoli, cebolla, repollo, frutas secas, cualquier cosa que contenga sorbitol, manitol o maltitol, jugo de manzana y ciruela y bebidas carbonatadas.
- Comportamientos alimentarios: como hablar mientras comes, comer cuando está estresado, fumar, mascar cicle o comer en exceso
- Disbiosis: podría deberse a un crecimiento excesivo de bacterias y levaduras en el estómago (también conocida como disbiosis).
2. Desregulación hormonal
- Exceso de estrógeno: la sensibilidad en los senos, la retención de agua y la hinchazón pueden ser indicadores de que hay un desbalance en el cuerpo.
- Progesterona baja: Los niveles bajos de progesterona también pueden ser culpables de la inflamación, que generalmente comienza dos semanas antes del flujo y va de la mano con ciclos cortos y tiempos de sangrado prolongados. La progesterona es conocida por su efecto calmante, al que a menudo se hace referencia como el "brillo del embarazo". Sin embargo, si los niveles son bajos, puede producirse irritabilidad premenstrual e inflamación.
3. Estrés psicológico
Ahora, hablemos de una causa sorprendente pero importante de la inflamación: el estrés. Nuestro estado mental puede tener un impacto directo en nuestro intestino, no sólo en nuestra cabeza. ¿Pero por qué? Bueno, nuestro cerebro e intestino son como mejores amigos y se comunican constantemente a través del eje intestino-cerebro. Cuando el estrés entra en escena, puede interrumpir esta conversación amistosa, provocando malestar digestivo y como habrás adivinado, inflamación.
De hecho, existe un vínculo entre el síndrome del intestino irritable (SII) y los trastornos psicológicos, como la ansiedad y la depresión. El SII, una afección común caracterizada por dolor abdominal, hinchazón y alteración de los hábitos intestinales, a menudo se ve exacerbado por el estrés, lo que crea un círculo vicioso que puede ser difícil de romper.
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Cambios en la alimentación
Primero lo primero, hablemos del tamaño de las porciones. Comer en exceso puede estirar el estómago más allá de su zona de confort, haciéndote sentir inflamado e incómodo. La mejor regla es comer hasta estar lleno en un 80%.
Ten la seguridad de que aún puedes mantener una dieta sana y equilibrada optando por comidas regulares y de tamaño moderado con descansos bien espaciados entre ellas.
¡No olvides masticar, masticar, masticar! Comer demasiado rápido puede hacer que tragues aire, lo que puede provocar (lo adivinaste) inflamación. Por lo tanto, tómate tu tiempo, saborea cada bocado y ayuda a tu sistema digestivo descomponiendo bien los alimentos antes de tragarlos.
Hablando de opciones amigables con el intestino, los alimentos ricos en potasio, como los plátanos, los aguacates y las batatas, pueden ayudar a contrarrestar la inflamación inducida por el sodio.
Complementar con probióticos o aumentar los alimentos probióticos en tu dieta puede ayudar a reducir las bacterias dañinas que desencadenan problemas digestivos. Los probióticos actúan como policías en el intestino, restaurando el orden y la paz entre los “ciudadanos” de la microbiota. Mantienen las bacterias promotoras de enfermedades en niveles mínimos y promueven el crecimiento de bacterias beneficiosas. Cuanta más diversidad vean en la comunidad de microorganismos, más felices serán. Los alimentos ricos en probióticos incluyen la kombucha, el kéfir, el chucrut, el kimchi, el miso, el yogur de coco, el tempeh y las verduras encurtidas.
Mantente hidratado
Si bien puede parecer contradictorio beber más agua cuando se siente inflamado, mantenerse bien hidratado es crucial para mantener un intestino feliz y desinflado. Una hidratación adecuada ayuda a mantener el sistema digestivo funcionando sin problemas, previniendo el estreñimiento y asegurando que los gases se muevan a través de los intestinos de manera más eficiente. Además, el agua puede ayudar a contrarrestar la inflamación inducida por el sodio al eliminar el exceso de sal del cuerpo.
Manejo del estrés
Manejar el estrés es crucial en su búsqueda para aliviar la inflamación. Recuerda, nuestro cerebro e intestino se comunican constantemente a través del eje intestino-cerebro y cuando el estrés interrumpe esta conexión, puede provocar malestar digestivo.
Al incorporar técnicas de manejo del estrés a diario, como meditación, ejercicios de respiración profunda, llevar un diario de gratitud o simplemente priorizar el cuidado personal, puede fomentar una relación mente-instinto más saludable.
Ejercicio
Realizar actividad física con regularidad no sólo mantiene tu cuerpo en forma y saludable, sino que también hace maravillas con tu sistema digestivo. El ejercicio estimula las contracciones naturales de los músculos intestinales, lo que ayuda a mover los gases a través de tu sistema de manera más eficiente y alivia la inflamación.
Además, la actividad física es un gran calmante para el estrés. Entonces, ya sea una caminata rápida, una sesión de gimnasio o una práctica de yoga relajante, incorporar ejercicio a su rutina diaria puede ayudar a desinflar y promover un viaje digestivo más armonioso.
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