¡Cuidado con los adaptógenos!

Como humanxs modernos, parece ser un requisito de nuestra cultura llenar a full nuestro horario y aprovechar al máximo cada segundo del día. Ya sea en el trabajo o en casa tendemos a glorificar la idea de que esforzarnos es llevar nuestro cuerpo al límite. Cuando el agotamiento es un marcador de éxito personal, el estrés se convierte en un estado permanente. 😰

Cuando todo esto se vuelve un poco difícil de mantener y aparece la fatiga, muchos recurrimos al café, el té verde, las bebidas energéticas u otros estimulantes. Si no quieres ya tomar nada de eso y sustituir por algo más saludable, los hongos y hierbas adaptogénicas son un reemplazo conveniente y muy fácil.

Como seguramente ya sabes, los adaptógenos nos ayudan a adaptarnos y a lidiar con los síntomas del estrés. Tradicionalmente, para calificar como adaptógeno, una planta u hongo debe:

1. Reducir el daño inducido por el estrés
2. Exhibir efectos estimulantes y aumentar el rendimiento en estados de fatiga y estrés generalizado sin síndrome de abstinencia posterior
3. Tener un efecto normalizador en la función sin alterar los procesos corporales.

El objetivo de tomar adaptógenos es devolver tu cuerpo a un estado de equilibrio (homeostasis). La acción de las hierbas y hongos en los adaptógenos aumenta o disminuye las reacciones químicas dentro de tu cuerpo.

Ashwagandha, demostrado que ayuda a reducir la ansiedad y la depresión

Ginseng, que se refiere al ginseng americano o asiático, y se usa para combatir la fatiga.

Reishi, un tipo hongo que se usa para estimular el sistema inmunológico y combatir el cáncer estudiado por su eficacia en el tratamiento de tumores cancerosos

Eleuthero (Ginseng Siberiano), para combatir la fatiga mental y física: funciona como noortrópico

Rhodiola, para reducir la fatiga, la depresión y el dolor

Schisandra, para mejorar la coordinación y la resistencia

Tulsi (Albahaca Sagrada), utilizada para aumentar la concentración, disminuir la ansiedad y estimular el sistema inmunológico

Cuando los adaptógenos se utilizan para aumentar la productividad o mantener un nivel de rendimiento poco natural, no eliminan los efectos del estrés ni previenen el agotamiento.

En ese punto, los adaptógenos pueden enmascarar los efectos fisiológicos de la falta de sueño. Con un sueño inadecuado o perturbado, el cuerpo tiene un mayor riesgo de desarrollar resistencia a la insulina, disfunción suprarrenal e inmunodeficiencia. Tomar adaptógenos para contrarrestar la fatiga no garantiza la protección contra estos mecanismos. Más bien, pueden perpetuar el ciclo. Ojo, porque para que los adaptógenos tengan un efecto mayor, hay que cambiar los hábitos a la par. 😉

Algunos de los adaptógenos más populares son los ginsengs: piensa en el ginseng coreano o siberiano (eleuthero). Que se utiliza para la fatiga mental y física, y lograr levantarte cuando se verdad ya no puedes con tu vida.

Cuando se toman durante largos períodos de tiempo (por ejemplo más de 6-8 meses), las hierbas de ginseng pueden causar hipertensión, excitación, nerviosismo, diarrea matutina y erupciones cutáneas. El riesgo es mayor cuando el ginseng se toma en cantidades superiores a 3 g por día, junto con otros estimulantes como la cafeína. Es por eso que la dosis y tomarlos solo 3-4 meses es muy, muy importante.

Las plantas adaptogénicas y hongos funcionales deben usarse para apoyar la recuperación del estrés.

Una vez que se haya eliminado el factor estresante original, entonces pueden respaldar resultados en niveles normales de actividad, pero no deben usarse para alcanzar niveles sobrenaturales de desempeño. Es importante que los adaptógenos no se tomen cuando se presenten síntomas agudos de infección (como durante los resfriados o la gripe, excepto por el astrágalo), sino que se reserven para la convalecencia y para restaurar los niveles normales de función. Es importante que los hongos se dejen dos semanas antes y dos semanas después de una cirugía, ya que puede retrasar la cicatrización.

Para escoger bien tu adaptógeno y saber si realmente cumple con los requisitos de serlo; hazte estas preguntas:

• ¿La planta entrega energía sin costo para el sistema? (Es decir que no te dan jitters como el café).
• ¿La planta estimula sin un choque energético posterior? (¿Te sientes con ansiedad después?).
• ¿La planta tiene pocos o ningún efecto secundario o alguna contraindicación? (Pregúntanos siempre si los tiene el adaptógeno que estés tomando)
• ¿La planta mejora la tolerancia al estrés o anula los efectos del estrés?
• ¿Es la planta verdaderamente restauradora de las glándulas suprarrenales y la función neuroendocrina?
• ¿Entiendo perfecto cómo tomarla y con qué otros adaptógenos mezclarlos para tener una mejor mezcla sinérgica que se potencialice? (Es mejor hacer mezclas funcionales de varios tipos).

¡Depende! Todo depende de tus síntomas, o tus objetivos. Pregúntate y auto obsérvate o identifícate con estas preguntas o con estas oraciones:

• ¿Qué quiero lograr?
• ¿Cómo me siento? (Escribir tus síntomas).
• ¿Quiero más energía, más resistencia física? ¿O quiero más calma, más armonia, estar más relajado?
• Me siento desenfocado, necesito mejorar mi memoria creatividad y mi desempeño intelectual.
• ¿Tengo alguna enfermedad cognitiva?
• ¿Qué enfermedades crónicas tengo que tomar en cuenta para escoger mi adaptógeno?
• ¿Cómo me siento físicamente?
• ¿Cuáles son mis hábitos?
• ¿Tengo dolor seguido?
• Quiero recuperarme más rápido del ejercicio físico y tener más resistencia.
• Tengo cáncer, estoy en un tratamiento de quimios o radioterapia. (O un familiar/amigo).
• Quiero regular mi presión arterial, azúcar en sangre, inflamación.
• Porque quiero aliviar o disminuir la ansiedad.
• Porque quiero reducir la fatiga y/o aumentar la energía.
• Porque quiero hacer frente a un trauma.
• Porque quiero regular mis reacciones emocionales ante el estrés.
• Porque siento que tengo depresión o ansiedad.
• Porque quiero reforzar mi sistema inmunológico.
• Porque quiero regular mi sistema hormonal.

Ya que te hayas observado, tendrás idea de qué adaptógeno escoger. De todas maneras con todos estos síntomas, ¡siempre nos puedes preguntar!

Aunque escojas de una manera óptima tus adaptógenos commons, tienes que tomar en cuenta que llevar una vida saludable es la clave. De nada sirve que tomes diario reishi si tienes malos hábitos para antes de dormir. ¿Cuál es la clave para que tus adaptógenos funcionen mejor? ¡Dormir! El requisito para el funcionamiento humano básico es de aproximadamente 7- 8.5 horas de sueño para el adulto promedio. El sueño apoya la función suprarrenal, promueve la sensibilidad a la insulina, modula el cortisol y es esencial para la reparación celular. No existe una alternativa sustituta vegetal para una buena noche de sueño.

Comer bien no solo te hace vivir más y mejor, sino que además reduce tu depresión y ansiedad. Todo el mundo sabe que comer alimentos nutritivos puede hacerte más saludable, pero resulta que este mismo alimento impacta directamente en nuestra estructura cerebral, funciones y estado de ánimo. Ahora hay un creciente cuerpo de evidencia que respalda a la psicología nutricional como uno de los pilares de una vida saludable y feliz. Además, los estudios indican que la incorporación de alimentos más nutritivos puede aliviar los síntomas de depresión y enfermedades mentales en niños y adultos que recientemente experimentaron eventos estresantes o traumáticos.

El ejercicios regular no se trata solo de la salud física, también puede ser de gran ayuda para tu salud mental.

Prácticamente cualquier forma de actividad física puede actuar como un calmante para el estrés. Incluso si no eres un súper atleta o no estás en forma, el ejercicio puede ser un buen calmante para el estrés.

La actividad física puede aumentar las endorfinas que te hacen sentir bien y otras sustancias químicas neuronales naturales que mejoran tu sensación de bienestar. El ejercicio también puede reenfocar tu mente en los movimientos de tu cuerpo, lo que puede mejorar tu estado de ánimo y ayudar a que las irritaciones del día desaparezcan. Considera caminar, trotar, hacer jardinería, limpiar la casa, andar en bicicleta, nadar, levantar pesas o cualquier otra cosa que te mantenga activo.

Durante la meditación, enfoca tu atención y aquieta la corriente de pensamientos confusos que pueden estar abarrotando su mente y causándole estrés. La meditación puede infundir una sensación de calma, paz y equilibrio que puede beneficiar tanto tu bienestar emocional como tu salud en general.

La meditación guiada, las imágenes guiadas, la visualización y otras formas de meditación se pueden practicar en cualquier lugar y en cualquier momento, ya sea que salgas a caminar, tomes el metrobus para ir al trabajo o esperes en el consultorio del médico. También puedes probar la respiración profunda en cualquier lugar.

Un buen sentido del humor no puede curar todas las dolencias, pero puede ayudarte a sentirte mejor, incluso si tienes que forzar una risa falsa a través de tu mal humor. Cuando te ríes, no solo alivianas tu carga mental sino que también provoca cambios físicos positivos en tu cuerpo. 😀 La risa enciende y luego enfría tu respuesta al estrés. Así que lee algunos chistes, cuenta algunos chistes, ve una comedia o pasa el rato con tus amigos que te hacen morir de risa.

Cuando está estresado e irritable, tu instinto puede ser aislarte. En lugar de eso, comunícate con familiares y amigos y haz conexiones sociales verdaderas.

El contacto social es un buen calmante para el estrés porque puede ofrecer distracción, brindar apoyo y ayudarte a tolerar los altibajos de la vida. Así que relax, tómate un descanso para tomar café con un amigo, envíale un mensajito a un familiar o visita ese lugar que te hace increíblemente feliz.

Los estudios muestran que los adaptógenos funcionan mejor durante un período al menos de 8-10 semanas y relativamente corto (menos de seis meses) porque tu cuerpo podría desarrollar una resistencia a los adaptógenos.

Recuerda que hay que rotarlos cada 5-6 meses.

Los adaptógenos podrían afectar la forma en que funcionan ciertos medicamentos si tienes afecciones médicas como hipertensión, diabetes, insomnio, hipotiroidismo y depresión. Las interacciones con los adaptógenos incluyen:

• Aumento de la presión arterial.
• Disminución de los niveles de azúcar en la sangre.
• Interrumpir los patrones de sueño.
• Aumento de la actividad tiroidea.
• Contrarrestar los antidepresivos.

• Medicamentos que tomas actualmente.
• Diagnósticos médicos (sobre todo sin son enfermases crónicas).
• Si estás tomando anticoagulantes o antiplaquetarios
• Alergias.
• Si planeas quedar embarazada.

• Tipos de adaptógenos que te interesa tomar.

  
  

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