¿Cómo influye la microbiota intestinal en tu estado de ánimo?

El intestino y cerebro están en diálogo continuo; colaboran, se ayudan y en ocasiones, también se perjudican. Para hacerlo, cuentan con un complejo entramado de canales de comunicación por los que se envían mensajes químicos y eléctricos. Desde hace quince años los científicos investigan este eje cerebro-intestino y los resultados obtenidos están cambiando la forma en la que se diagnostican, tratan y también intentan prevenir algunas enfermedades mentales.

Desde hace mucho tiempo, se ha sabido que la relación entre el intestino y el cerebro es mucho más profunda de lo que podríamos imaginar. Más allá de su función en la digestión, el intestino alberga un ecosistema complejo de microorganismos conocido como microbiota intestinal, que desempeña un papel fundamental en la regulación de nuestro estado de ánimo y emociones.

Un estudio clave de la Revisión Microbiota Intestinal y Salud, ha arrojado información sobre la forma en que las bacterias intestinales pueden impactar directamente en nuestra salud mental. Un desequilibrio en la microbiota intestinal, también conocido como disbiosis, puede tener efectos profundos en nuestro estado de ánimo. Esto se debe en gran parte a que las bacterias del sistema digestivo desempeñan un papel esencial en la síntesis de serotonina, un neurotransmisor conocido como la "hormona de la felicidad". Sorprendentemente, aproximadamente el 90% de la serotonina se produce en el intestino, lo que subraya la importancia crítica de esta relación. La serotonina es una pieza clave en la regulación de nuestro estado de ánimo. La carencia de serotonina se ha asociado con síntomas depresivos y trastornos del estado de ánimo. La microbiota intestinal podría estar involucrada tanto en la disminución de los niveles de serotonina como en su producción. Esta conexión entre las bacterias intestinales y la salud mental se extiende aún más allá.

La comunicación entre el cerebro y el intestino se lleva a cabo a través del sistema simpático y parasimpático, así como del eje hipotálamo-hipófisis-adrenal, el cerebro y la microbiota intercambian señales cruciales. Estas señales impactan en las neuronas, células productoras de hormonas, células inmunes y musculares que se encuentran en el intestino, que a su vez están relacionadas con los 3 billones de bacterias que habitan en esta región.

Los probióticos, microorganismos vivos que se administran en cantidades adecuadas, también juegan un papel crucial en este delicado equilibrio. Estos organismos beneficiosos pueden contribuir a restablecer la microbiota intestinal y mejorar la comunicación entre el intestino y el cerebro, lo que potencialmente podría impactar en el estado de ánimo y la salud mental.

Es importante destacar que las neuronas intestinales desempeñan un papel significativo en este proceso. Estas neuronas secretan neurotransmisores como serotonina, dopamina o GABA, que son esenciales para la regulación del estado de ánimo y el bienestar emocional. Aunque carecen de la capacidad cognitiva que poseen las neuronas cerebrales, estas células tienen un impacto profundo en nuestra salud mental y emocional.

La interacción entre las bacterias intestinales y el estado de ánimo es un campo de investigación en rápido crecimiento que está revolucionando nuestra comprensión de la conexión mente-cuerpo. El poder de la microbiota intestinal para influir en la producción de serotonina y otros neurotransmisores clave resalta la importancia de mantener un equilibrio saludable en nuestro sistema digestivo. Cuidar nuestra microbiota a través de una dieta equilibrada (incluye probiótico y prebióticos), ejercicio regular y posiblemente el uso de probióticos podría tener un impacto positivo en nuestra salud mental y emocional.