Las 3 fases de desintoxicación del hígado

¿Tiene síntomas que son difíciles de explicar, como fatiga, aumento de peso, confusión mental, dolor en las articulaciones? Una de las principales razones por las que puedes sentirte así es debido a las toxinas a las que estamos expuestos todos los días. En el mundo actual, la exposición a diversas toxinas dañinas es inevitable.

Hay sustancias químicas tóxicas en el aire que respiramos, en el agua que bebemos y en el suelo en el que se cultivan los alimentos. Los productos químicos se han creado para muchos propósitos diferentes: matar plagas, hacer que los alimentos maduren más rápido y crezcan más, así como, alargar su vida útil.

Se usan para hacer telas, para hacer que tu piel se sienta suave, para evitar que transpires, para cambiar el color de tu cabello, para que huelas bien y la lista continúa. Desafortunadamente, la ciencia nos ha demostrado que estos químicos, que fueron diseñados para hacernos la vida más fácil, ahora tienen la capacidad de acumularse en nuestros cuerpos y causar algunos problemas de salud graves como defectos de nacimiento, hiperactividad, problemas de aprendizaje, fatiga, enfermedades autoinmunes, alergias y cáncer.

Si bien todo esto puede parecer pesimista, la reconfortante noticia es que el cuerpo humano está equipado con un sistema de desintoxicación que, si todas las partes funcionan correctamente, funciona eficazmente para expulsar los tóxicos dañinos que el cuerpo encuentra.

Las toxinas se pueden absorber a través de tres vías principales: el tracto respiratorio mediante inhalación, el sistema tegumentario mediante contacto directo con la piel o el tracto gastrointestinal mediante ingestión.

La ruta pulmonar de absorción puede ser bastante importante ya que el tejido pulmonar está muy vascularizado y tiene una superficie mayor. El tracto gastrointestinal también tiene una gran superficie, pero la acidez tiene una influencia significativa en la cantidad que se absorbe a través de este sistema. La piel no es tan permeable (a menos que haya una herida abierta) y son principalmente los compuestos liposolubles los más preocupantes, ya que pueden absorberse más fácilmente mediante difusión pasiva.

En pocas palabras, una vez que la toxina se absorbe a través de la piel o el tracto respiratorio, finalmente termina en el torrente sanguíneo, donde puede viajar por todo el sistema. Si la toxina se absorbe a través del tracto gastrointestinal, probablemente pasará por el hígado antes de ingresar a la circulación general. En definitiva, el objetivo del organismo es eliminar toxinas.

Ahora bien, si bien muchos órganos diferentes, como los riñones, la piel y el tracto gastrointestinal, desempeñan un papel importante en el proceso de desintoxicación, el hígado es sin duda el actor estrella.

Una vez que el cuerpo ha encontrado las toxinas, comienza la primera fase fisiológica del proceso de desintoxicación. En esta fase, en pocas palabras, es donde las sustancias químicas tóxicas se convierten en lo que llamamos intermediarios mediante diversos procesos químicos para que sean más fáciles de excretar. En esta fase, una familia de enzimas desintoxicantes conocidas como enzimas del citocromo P450 (CYP450) son responsables de la mayoría de las reacciones. Si el sistema enzimático del citocromo P450 está sobrecargado con toxinas, puede retroceder y acumular toxinas, lo que provoca efectos secundarios como dolores de cabeza, sudoración y palpitaciones del corazón.

Entonces, hay tres cosas principales que pueden afectar la función de esta vía y del sistema enzimático P450:

• Deficiencias de nutrientes. Los nutrientes necesarios para respaldar esta fase incluyen una variedad de vitaminas B, aminoácidos, vitamina C, zinc, vitamina A y flavonoides y si no obtiene una cantidad suficiente de estos nutrientes, esta vía hepática de fase I puede verse afectada.
• Toxinas. Cosas como la cafeína, el alcohol, el consumo de drogas, los productos farmacéuticos, las hormonas, los vapores de pintura, el humo del cigarrillo, los xenoestrógenos, los pesticidas, todos ellos pueden afectar la actividad de las enzimas P450, reduciendo la capacidad del hígado para desintoxicarse.
• Anormalidades genéticas o polimorfismos, pueden influir en gran medida en la actividad de las enzimas P450 y afectar su función.

Después de que las toxinas se transforman en la Fase 1, ahora entran en la vía de desintoxicación del hígado de la Fase 2. Si los productos intermedios de la Fase 1 no se convierten en la Fase 2, pueden ser increíblemente dañinos para su ADN.

De hecho, las toxinas intermedias que se producen en la Fase 1 suelen ser más tóxicas que antes de ser descompuestas. Por lo tanto, es fundamental asegurarse de que la Fase 2 esté a la altura de la Fase 1. Si la Fase 1 funciona demasiado rápido, las sustancias intermedias dañinas podrían abrumar las células del hígado y dañarlas.

Entonces, ¿qué implica la fase 2? La vía hepática de la fase 2 es el proceso de conjugación: la adición de un grupo químico a un subproducto de la Fase 1, haciéndolo soluble en agua y por lo tanto, menos dañino. Una vez que es soluble en agua, puede excretarse a través de los riñones y los intestinos a través de la orina y la bilis. Existen muchos procesos químicos diferentes de conjugación, incluida la conjugación con glutatión, metilación, glucuronidación, sulfatación, acetilación y conjugación de aminoácidos.

Al igual que en la Fase 1, los polimorfismos genéticos pueden tener una profunda influencia en la función de las enzimas implicadas en la Fase 2 e incluso pueden conducir al desarrollo de varias formas de cáncer.

Esta fase es la eliminación real de las toxinas. Las proteínas de transporte ayudan a sacar las toxinas solubles en agua del hígado y luego se liberan a la bilis o la sangre.

Las toxinas que se liberan en la sangre se filtran a través de los riñones y se eliminan en la orina, las toxinas que pasan a la bilis finalmente se liberan en el tracto digestivo y se eliminan en las heces.

En esta etapa, la eliminación efectiva de estos compuestos tóxicos depende de una dieta saludable y rica en fibra que mantenga los intestinos en movimiento con regularidad, así como de un microbioma saludable. Las bacterias nocivas en el intestino (disbiosis) pueden convertir las toxinas procesadas por el hígado a su forma original, permitiéndoles volver a entrar en la circulación, lo que genera una mayor carga tóxica.

Es necesario consumir suficiente agua para favorecer la eliminación de toxinas a través de la orina y las heces. Una buena hidratación también ayuda a que los riñones funcionen mejor y reduce el riesgo de estreñimiento. Ciertas hierbas como el aloe vera también pueden ayudar a estimular los intestinos y prevenir el estreñimiento.